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Catamarca

La sirena del ojo del agua

 

 

 

 Hace mucho tiempo, en las siestas calurosas del verano solía oirse una música armoniosa acompañada del dulce canto llegada de las orillas del mar y se expandía por el pueblo. Recostados bajo los árboles, niños y jóvenes disfrutaban de esa bella musica, cautivados por la belleza de esas notas que los envolvían sus oidos. ¿Quién cantaba en ese rincón donde nacían las aguas? ¿De quién era esa voz ? Cada vez que alguien se acercaba al lugar donde estaban las melodías estas se apagaban. Un día unos muchachos reunidos en lo alto de un terreno se sintieron atraídos por la dulzura de su canto, se asomaron intrigados y divisaron en las orillas de un ojo de agua un ser fantástico y adorable, cuya figura los enamoró al instante y aceleró su pulso: era una hermosa sirenita de risados cabellos rubios y de escamada cola de plata. Cuando la cantante parpadeó y sorprendió la mirada de admiración de los jóvenes, desapareció como un espejismo en el cristal de la corriente. Nunca más se la volvió a escuchar. Desde entonces, en Saujil de Tinogasta, habitantes recomiendan a los enamorados no dejarse atrapar por el canto de la sirena.

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